Reportaje: #135
¡Histórico!
¡Histórico! ¡Histórico!
Me pregunto,
¿hubo chispas de amor? Ojalá que, entre el planeta de la vida, que es la
Tierra, y el planeta de la guerra, Marte, nunca haya una guerra, sino una
coexistencia armónica. Si hay vida o no, se debe respetar este hermoso planeta
hermano como un ser vivo, como parte de nuestra vida biológica. Es nuestro
pariente en este universo, la primera isla en nuestro sistema solar que nos
recibe.
Creo que, como
yo, muchas personas están entusiasmadas y, por qué no, emocionadas por este
encuentro de nuestra tecnología con el suelo marciano. En secreto, guardamos en
nuestro corazón tantos deseos de encontrar a alguien o algo. Aunque el análisis
dé un resultado negativo sobre la presencia de vida, nuestro respeto va a la
gente de la NASA.
Nuestro cariño
crece cada día más hacia el planeta que sufrió en su pasado una desgracia
inimaginable. Que todos los descubrimientos allá nos ayuden también aquí.
¡Suerte y gracias por las emociones brindadas! Yo sentí lo mismo en 1969,
cuando el hombre pisó la Luna por primera vez.
Armstrong dijo:
“Es un pequeño paso para un hombre”, cuando bajó de la escalera del Eagle, el
transportador que aterrizó en la Luna, “pero un gran salto para la humanidad”.
¿Algo parecido?
Josef Bauer
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