Reportaje: #269
Seguimos con la
parte II
Después se ve
este mismo objeto atado a los pastones de los dioses griegos, como el más alto,
el dios Baco,
el Dionisio,
o el dios egipcio
Osiris, que representa todo lo que renace.
Para comparar
el bastón del Papa, tres mil o más años después.
Hoy en día
camina el papa apoyado en su bastón con el símbolo de poder de todos estos
dioses.
¿Será que eso no
es llamativo? Los dioses de la India tenían un objeto similar en una de sus a
veces seis manos o sobre su cabeza.
Como escribí y lo
ratifico, los Anunnakis usaron un artefacto tecnológico. En esta imagen, un
Anunnaki con el mismo artefacto como el dios de arriba de la India.
Lógicamente no
explicaron a nadie su función. Solamente lo usaron o lo tenían en reserva en
caso de peligro o de una necesidad urgente.
Puede ser que
abra una pared de protección invisible o sea un control remoto para mandar
energía a otro artefacto o para tener contacto con las estaciones en órbita. La
fantasía no tiene límites. Imagínense hoy un teléfono con tantas aplicaciones
en un solo aparato. Los dioses estaban todo el tiempo conectados entre sí. Todo
con la capacidad de volar. No ellos mismos, sino levantándose en el aire o
entrando en un aparato con el que podían ir al cielo o adonde quisieran.
También tenían contacto lógicamente por radio. También la protección personal
era importante.
Tirar un rayo
láser para enfrentar o frenar intenciones ofensivas del pueblo, saber
geoposicionarse, es decir, los datos geográficos, era importante tenerlos
constantemente. Así mismo, la medición del tiempo de este planeta, de la órbita
de su estación y posiblemente del planeta de su origen. Para eso llevaban sus
relojes ... .Los Annunakis con Relojes
Como hoy en día,
todo el mundo lleva un teléfono móvil o portátil con diferencias en los
modelos, así usaban todo quienes estaban conectados de alguna forma con los
dioses, estos artefactos consigo.
Este ornamento,
mejor dicho, este artefacto, tiene por lo menos 5 mil años de presencia en el
arte y en el uso directo. Protegió y ayudó casi a todos los dioses de todas las
civilizaciones conocidas. Si eso no es una muestra o una señal clara de su
importancia, ¿cuál entonces?
Hasta en la
arquitectura moderna tiene influencia esta forma mágica. En Londres se
construyó este enorme edificio con forma de la fruta del pino, con el nombre de
Gherkin. Por algo será. Londres es el centro del poder financiero del mundo.
Con la despedida
de los dioses se fueron todos sus utensilios también. Lo poco que dejaron
conscientemente o por el apuro de su salida son hoy reliquias muy sagradas y
fuera de la vista, hasta del conocimiento de la gente. Si no sé de algo que
existe, entonces tampoco procuro encontrar tal objeto, y por ende más seguro se
puede guardar estos artefactos de los dioses. Porque no son otra cosa que
artefactos tecnológicos de una época y de una civilización ajena a la nuestra.
Las leyendas son
fabulosas, pero en el sentido verdadero. No como las historias de un pescador
que describe sus grandes peces que pescó.
No, las leyendas
de la presencia de los dioses son verdaderas. Letra por letra. Sus poderes y
sus magias usadas son verdaderos, pero no magias, sino que su origen es
tecnología avanzada. Ellos volaron, vivieron en el cielo, tenían sus palacios
en el cielo, veían y escuchaban todo (del Señor no te puedes esconder, ni en la
oscuridad, ni detrás de tus casas. Tus pecados están delante de él, como
escritos en un libro...). Ellos destruyeron ciudades o lugares o palacios con
sus armas, volando encima y tirando bombas o rayos mortales. Tenían cristales
(pantallas) en los que se veía todo. Tenían luces eternas (electricidad),
conocimientos profundos en la astronomía y en la matemática, más la medicina, y
vivieron eternamente.
Creo que la
conexión entre dios y el hombre, o en plural entre los dioses y los hombres, es
innegable, pero no solamente en sentido religioso, también en la conexión entre
dos civilizaciones. Una avanzada tecnológicamente y la otra, la nuestra, recién
despertada o despertada e iniciada por la otra.
Hay mucho para
repensar y reescribir en nuestra historia.
Si estas imágenes
y pensamientos míos ayudan un poco a abrir la mente, por lo menos para pensar
en esta posibilidad, sería un paso importante para la humanidad no tomar todo
como un hecho. Hay que pensar todo una y otra vez, mirando desde diferentes
ángulos. Dos mil años perdimos porque negamos la coexistencia de dos
civilizaciones, posiblemente en dos planetas diferentes. Nosotros fuimos
metidos en el centro de todo, el hombre como el planeta Tierra, aunque en
verdad hoy en día sabemos que no es ni de lejos así.
Sí, somos parte
de algo grande. Somos parte del universo. Nada más y tampoco nada menos.
Pero el centro en
un círculo, en un globo infinito, en una curva cerrada, en un universo
inimaginable para nosotros, no existe, y menos podríamos ser nosotros este
centro. Compartimos y llenamos un poquito este gran vacío que es el universo
con nuestra presencia. Compartimos en una infinita coexistencia con otros seres
este mundo.
Cuanto más pronto
lo aceptemos, mejor para nosotros.
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