Reportaje: #157
A la fecha del 25
de diciembre del año 2004, fui yo personalmente testigo de un OVNI. Yo descubrí
la ruta espacial de los extraterrestres con su enorme nave, saliendo de la
constelación de Orión.
La nave tiene una
medida enorme, calculando por su distancia y sus brillos. Su forma parece
piramidal o cónica, a veces con colores rojo púrpura al azul. Repentinamente,
tenía un aspecto blanco.
La constelación
de Orión tiene en el medio una línea de tres estrellas muy brillantes, que se
llaman en los países hispanohablantes las tres Marías. La estrella con el
nombre „Alnitak“, a la derecha, es el origen del vuelo espacial de esta nave.
De ahí, o un poco
atrás, inició esta nave su viaje, no hacia las estrellas, sino desde las
estrellas hacia nosotros, hacia el sistema solar.
Aquí, en uno de
nuestros planetas, es su base, posiblemente estacionada en órbita por su
dimensión. Recuerdo al lector que hace poco se sacó una imagen de un gigantesco
OVNI escondido en los anillos de Saturno. Una vez en el sistema solar, es fácil
llegar con naves más pequeñas a cualquier planeta o luna.
La ruta espacial
es como una ruta aérea de nuestros aviones. Por una y otra razón, se usa
siempre la misma ruta en altura y dirección. Eso tiene que ver principalmente
con la contabilidad de las empresas. Para ahorrar en combustible, se busca el
camino más corto posible de una ciudad a otra o de un continente a otro. Pero
siempre hay que hacer compromisos. Hasta la línea más recta y corta entre dos
puntos es curvada. Estas curvas no son obligaciones de la gravitación, sino por
seguridad, porque las líneas aéreas se mantienen tanto tiempo que es posible
sobre tierra firme y buscan el lugar más estrecho para cruzar el mar. El
segundo aspecto es la observación de los vientos en las alturas. El viento en
contra significa un aumento en el esfuerzo que deben hacer los motores y, por
ende, más combustión de los combustibles.
En el espacio es
algo similar, pero con fuerzas y peligros de otro carácter.
Por ejemplo, la
gravitación de un sol puede ser demasiado grande y convertirse en una trampa
mortal. En otros lugares puede ser que haya más meteoritos que pondrían en
peligro las naves, como antes lo hicieron las rocas de hielo para los barcos en
los mares.
La ruta que
descubrí tiene su origen en Orión. Su fin, en nuestro sistema solar. La
historia de los dioses está directamente conectada con el universo, con las
estrellas, y el sistema de Orión tiene siempre un carácter especial. Vemos la
ubicación de las tres pirámides en Egipto, la gran pirámide de Keops y sus dos
acompañantes cerca de la ciudad del Cairo. Muchos afirman que la ubicación de
las pirámides refleja las tres Marías en Orión. Parecido, lo son
verdaderamente. Si son matemáticamente y geográficamente un reflejo, no lo sé.
Por lo menos, ayudó muchísimo a la imaginación de los constructores.
Orión, las
pirámides, los dioses de los griegos y fenicios y egipcios, y más atrás en el
tiempo, los sumerios con sus dioses los Anunnakis, los olmecas y toltecas, los
incas y los mayas, tienen todavía muchos secretos por revelar.
Los secretos de
los dioses y su origen en las estrellas.
Uno, el de la
ruta de sus viajes, lo descubrí. Poco a poco iremos descubriendo dónde se
estacionan en nuestro sistema. Sabemos de dónde vienen. Su curso en el espacio
también. Nos falta saber dónde es su hospedaje y qué hacen.
La próxima vez
hablaremos de eso.
Josef Bauer


2 comentarios:
¿Como hace para ver estas cosas, cuenta usted con algún telescopio?
lean enoc hay dice que de alli estan los dioses encargados de nuestra galaxia,.,,.
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