Reflexión: 028.
14 nov 2008
Phoenix dejo a existir y nos dejo con una herencia enorme
Reflexión: 028.
Yo, y conmigo
muchos amigos, estábamos al tanto de cada respiro del Phoenix-Marslander.
Revisamos las imágenes transmitido, analizamos con un interese muy particular
Las informaciones
que llegaron. Fascinante eran las imágenes de su caída al suelo marciano. Un
aterrizaje perfecto. Al instante se abrieron los colectores de sol para el
mantenimiento de sus baterías renovado cada instante. Impresionante era el uso
de un brazo robótico. Más todavía para cavar y como toque tecnológico de punta
para llenar un horno eléctrico que eran capaz de calentar y vaporizar una
pequeña sopa de un líquido llevado de la tierra y pruebas del suelo de Marte.
El resultado, aunque no era tan contundente, confirmó la existencia de agua en
forma congelada en Marte. Las imágenes de las muestras y del suelo abajo del
Phoenix ya indicaron el depósito de hielo y nieve. Segur hay mucho más para
analizar para los técnicos de ahora en adelante. El primer paso era colectar
tantos datos posibles en un tiempo de máximo de noventa días. Nadie sabía cuándo
iba a llegar la última información. Polvo, viento y un frio de hasta ochenta y
cinco grado Celsius bajo cero no favorecieron el trabajo para nada. Pero a lo
contrario de lo esperado fue prolongada la colección y la transmisión de datos.
La NASA hizo un buen trabajo. Los técnicos que construyeron el Phoenix lo
hicieron bien también. Quien lo lanzo al espacio y lo dirigió a su lugar del Orbiter
y al lugar de su aterrizaje.
Ya me acostumbre
de mirar cada mañana en internet la temperatura en Marte y ver si no llegaron
más imágenes. Si llegaron, me tome el tiempo para analizar, y ampliar cada
foto. Por sorpresa se veía de todo. Nieve y hielo. Piedra, arena, y nubes. El
viento movía el medidor del viento, que estaba colgado en un caño del propio
Phoenix. Se veía estrellas, y el sol, que no se bajó en el horizonte en su
paso. En complicidad con el mars- Orbiter, podemos identificar el lugar, donde
está estacionado el Phoenix.
Unos días antes del último contacto hablaron, que quieren poner en funcionamiento el micrófono del Phoenix. Lastimosamente ya no contesto al pedido de la Nasa. Puede ser, que escucho todavía nuestro pedido, pero su fuerza ya no daba para mandarnos un último adiós. Pero nosotros sí, seguimos con Fuerza, aunque con tristeza, le mandamos un último adiós hacia allá, al suelo del Marte, donde perdimos el primer robot, que se transformo a ser un amigo, un aliado de nuestras esperanzas de encontrarnos un día con otros seres vivos e inteligente en otro planeta.
Phoenix cumplió ampliamente su misión. El análisis y la interpretación de los datos e imágenes es otro capítulo.
Con la pequeña esperanza de una renovación de su fuerza en el verano el año que viene, le dejamos descansar. Phoenix, nuestro amigo en Marte, un adiós de la tierra, donde naciste.
Gracias a la NASA
Josef Bauer
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