Un impacto
vertical en ángulo de 90 grados ha dejado este hermoso cráter.
El meteorito
impactó exactamente como se ve en la imagen, justo en el centro desde arriba.
No dejó ningún residuo.
En los bordes aún
se puede sentir el calor. Allí se puede ver cómo la fuerza y el calor se
propagaron desde el centro hacia afuera y lo evaporaron todo.
El borde se
enfrió simétricamente y dejó pequeños ríos de lava como único testimonio,
además del propio cráter.
El cráter no
sobresale del suelo. No contiene impurezas. Solo en el exterior se aprecia un
color más oscuro en forma circular. En un minuto ocurrió lo que tenía que
ocurrir. Y así permanecerá para siempre. Perfecto y hermoso.
Josef Bauer
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